Los animales Hoy vamos a ir con Lelo a la escuela. Tocan Ciencias Naturales. Atendamos a ver que pasa:
-Cuando llega la primavera- explica la maestra-, parece que despierta todo. ¿Vistes como bulen los lagartos en los peñascos, y como petan los pájaros carpinteros en los robles e como saltan los saltamontes de hierba en hierba? Todo lo que estuvo debilitado por el invierno revive con los primeros rayos de sol.
-Pues hay algunos bichos que salen más de invierno que ahora-dijo un niño-.
-Eso es porque de invierno no tienen que comer en la sierra, y se acercan más a las casas. A la raposa le gustan mucho las gallinas, pero mientras encuentre liebres, comadrejas, ratones, mirlos o perdices (que cuando no es de invierno andan mucho), non baja hasta el gallinero por miedo al perro. También le pasa así al lobo.
Todos los bichos tienen algún misterio para los niños y, como la profesora les ha dicho que cuando haya algo que no sepan se lo pregunten, todos son a preguntar.
-¿Y por qué andan de noche los murciélagos? - preguntó Toñín do Xastre.
-Andan de noche o en sitios oscuros, porque en la oscuridad es donde mejor cazan. De día hay mucho ruido y, como ellos cazan de oído porque son ciegos, buscan el silencio de la noche, de las cuevas o mismo de los establos. Donde oigan zumbar una mosca, un mosquito, un tabáno, allí están para atraparlo. También andan de noche las lechuzas que, aunque tienen un cantar tan temeroso, son muy beneficiosas para la agricultura. Sé de un nido de una y cuando lo voy a ver siempre tiene topos y lombrices de tierra, que pilló la noche antes. Estos pájaros tienen los ojos adaptados para ver de noche. Hay otros bichos que tanto ven a una hora como a otra, pero quieren mejor andar por la luz de la luna. De ésos, es un tejón que viene todas las noches aquí, al maíz do Caseiro.
-Profesora, ¿que comen las culebras? - preguntó Lelo-.
-Sapos, que lo ví yo - dijo Susiño de Rego-.
-Y ranas y salamandras y truchas y pajaritos- añadió la profesora-. Los pájaros, sólo con mirar para ellos, ya los adormecen. Despues, los pillan como quieren.
-¿Dónde van de invierno las golondrinas?- preguntó Rosiña de Saavedra.
-Van a África. Cuando vienen los primeros fríos v se van a tierras más calientes. Pero las que emigran no sólo son golondrinas. Todos en Vilanova, menos vosotros, saben el dicho aquel:
Cuatro aves escojidas
son las que pasan el mar,
el cuco y la golondrina,
la tórtola y el codorniz.
-¡Sí que lo sabemos!- protestaron todos-.
En el fondo de la clase había un niño que llevaba ya un rato haciendo señas. Era Miliño de Freixo.
-Quería saber quien les dice a las mariposas que va a haber carta.
-No se lo dice nadie, ni lo saben. Es que les gusta la luz. Hacen como los mosquitos, los escarabajos y las mariposillas nocturnas, que tropezan contra los faros del tractor de tu padre al oscurecer.
Los niños hicieron otras preguntas sobre las abejas, las avispas, las hormigas, las babosas... Entonces Lelo se levantó.
-¿Da permiso, profesora?
-Sale.
El niño sabía de tres nidos no paredón de la huerta nueva y no aguantaba más sin ir a verlos. Uno era de reyezuelo, otro de aguzanieves y otro de petirrojo. Estaban empollando. Sabía de otro de urraca y otro de cuervo en el pico del roble de cada uno. Tenían cría, pero era muy pequeño para gatear tan arriba.
Cuando volvía para la escuela, ya los demáis salían al recreo.
Juan A. Thomas, Ph.D.
Juan A. Thomas, Ph.D.
Associate Professor of Spanish, Chairman of the Foreign Language Department
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